Love Story.


Era mi verano de los 14 años y yo me aburría soberanamente en Valladolid. Año tras año mi abuela insistía en que aprendiera a hacer ganchillo, porque no era cosas de viejas y sobre todo era muy útil para el futuro y para que "estuviera tranquilita y sentadita en el sofá sin ver tanta tele". El caso es que después de desayunar en el patio, hacer mis tres páginas obligatorias de Vacaciones Santillana y tragarme dos horas de California Dreams, Una chica explosivaLas gemelas de Sweet Valley y Los Rompecorazones casi siempre empezaba a jugar con el gato - o a hacerle la vida imposible, según se mire. Mi madre, harta de que me embadurnara los arañazos con Mercromina, me llevó a la que yo llamaba la "sala sin pared" porque estaba cubierta de libros, pero nunca había caído en que esos libros se podían leer.
Fue entonces cuando empecé a leer Love Story. Y me enamoré. Y corriendo fui a alquilar la película en VHS y quise ser como Ali MacGraw.
Su pelo largo moreno, sujeto con horquillas, sus gorros de punto y bufandas a rayas, sus pantalones campana, sus botas altas y falda escocesa, sus gafas de pasta  y su abrigo de color camel... ¡ah, qué estilazo!

Comentarios

  1. muy buena,muy muy buena...las gemelas de sweet valley...me ponia negra la hermana q era muy muy muy puta

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