Eres muy fea.
Esta mañana estaba yo tan feliz limándome las uñas mientras veía el último capítulo de Gossip Girl cuando me ha llegado un mensaje al móvil que ponía "Eres muy fea". El caso es que me ha hecho gracia, porque -y no me entendáis mal- puedo ser muchas cosas: bajita, miope, a veces he podido excederme un par de kilos de mi peso ideal, sí, pero fea, lo que es una persona difícil de mirar, no soy.
Este insulto de patio de colegio ha sido fruto de la obsesión de otra persona del mismo sexo que me considera una amenaza aunque no ha tenido el gusto de conocerme y que al parecer, debe estar mucho peor de lo que me temía. Alguien dijo que "la diferencia entre genialidad y estupidez, es que la genialidad tiene límites" y esto es lo que le falta a la redactora de mentiras absurdas.
Tal como dice Ignacio Morgado en su libro Emociones e inteligencia social: “El aprendizaje emocional, como cualquier otro tipo de aprendizaje es posible porque el cerebro es plástico, es decir, es capaz de cambiar su organización interna y su funcionamiento para almacenar información y reproducirla posteriormente”. Y esto nos permite regular las emociones. Y en este caso, los celos: una respuesta natural e irracional que todo homínido ha experimentado alguna vez, pero que en tu caso se ha convertido en una patología.
Te recomiendo la lectura del libro citado, querida.
Cuanto me gusta tus obras!:) Fenomenal kid!
ResponderEliminarhomínidooooooooorrrr!
ResponderEliminarGran elegancia la tuya al no entrar al trapo, pero no vuelvas a dedicar frases a quien no se lo merece.