El misterio de la química humana.

Joseph Szabo. Wild Horses.

Yo salía con su música. Nos entendíamos, nos gustábamos. No nos  veíamos pero nos atraíamos. Poníamos una canción para cada momento.
Yo salía con su literatura. Con sus palabras y sus silencios. Él en su casa. Yo en la mía. Habíamos creado un hogar invisible, que flotaba por algún lugar entre las tres dimensiones al que recurríamos para hacer el amor, dormir o hablar debajo de las sábanas.Y era real.
Yo salía con sus fotografías, con su luz y con sus colores desgastados. Nos enseñábamos nuestros mundos sin dar explicaciones. No teníamos miedos. Éramos nosotros mismos. Éramos las cosas que amábamos.

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