Pocas como tú.

La belleza de mi amiga Julia es tan bonita, tan genuina, tan extraña, tan ambigua como un fotograma de una película de Andy Warhol. Tiene esa belleza elegante que la distingue precisamente porque no es consciente de que la tiene.

Julia y yo en San José este verano.

 Me recuerda mucho a Charlotte Gainsbourg, hija del cantautor francés Serge Gainsbourg y de la actriz y cantante británica Jane Birkin. Charlotte lleva en la sangre la música, el cine, la clase. De ella me gusta todo: su nombre, su rostro atemporal, su enorme talento como actriz (interpretó un papelón en la impresionante y polémica película Anticristo de Lars Von Trier por el que obtuvo el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes en 2009).
También se dedica a la música desde muy pequeña aunque sus colaboraciones se trataban de un juego hasta la llegada de “5:55”, disco producido, compuesto y escrito por Nigel Goodrich, Air, Neil Hannon y Jarvis Cocker, nada más y nada menos. Su estilo supercool, inusual, sensual se deja ver en canciones como "Beauty Mark" o "Little Monsters". Este pasado 2010 ha lanzado IRM (son las siglas de Imagen por Resonancia Magnética en francés) junto a Beck, el niño prodigio del rock alternativo. Mi tema preferido es "Tricky Pony" muy del estilo de The Kills. Este verano se la podrá ver encima del escenario del FIB.

Como buena francesa, Charlotte tiene estilo y por eso la moda ha hecho de ella su musa indie. Es íntima amiga de Nicolas Ghesquière, director creativo de Balenciaga, que la ha convertido en imagen de su nuevo perfume, Balenciaga París.

Hay pocas como ella. Otro día hablaré de su hermana pequeña Lou Doillon, una de las chicas it del momento.